jueves, 6 de marzo de 2014

"Hermana mía, mi amor", de Joyce Carol Oates.

El día de Navidad 1996 la aparición del cadáver de la reina de la belleza infantil JonBenet Ramsey (de 6 años), en el sótano de su casa de Boulder (Colorado) tras haber sido denunciada su desaparición y secuestro, causó una gran conmoción en la sociedad estadounidense. El asesinato de la pequeña es hoy día un caso sin resolver, y la aparición de nuevos y escabrosos datos sobre el suceso resucitó en los últimos años el impacto mediático.

En base a este suceso real, la tremendamente prolífica escritora estadounidense Joyce Carol Oates, nombre habitual en las quinielas para el Premio Nobel de Literatura en los últimos años, construye la novela de la que hablamos hoy, presentándonos con ello a la familia Rampike, y mezclando datos reales con datos ficticios hasta el punto de llevar al lector a la convivir con la duda de qué hecho es real y qué hecho es suposición.
Con ello nos presenta a una familia formada por Bruce, Betsy, y sus hijos Bliss (la niña asesinada) y Skyler, tres años mayor que ella. Conoceremos múltiples detalles a través de la voz de un hundido Skyler, que, diez años después de los sucesos, inicia la narración de los hechos. 

De un modo muy peculiar nos es diseccionada la familia Rampike, en la que descubriremos el egocéntrico e infiel carácter del padre de familia, el deje manipulador de la amargada madre, y los múltiples trastornos y carencias de Skyler. Al ser narrado por el propio Skyler, (diagnosticado con Trastorno de déficit de atención, Síndrome repetitivo convulsivo…) nos encontramos con un ritmo en ocasiones repetitivo, en ocasiones con un toque caótico, en ningún caso plano. 

Con el adolescente Skyler viviremos el sentimiento de culpa que arrastra durante ya una década, aumentado por las actitudes de sus padres, y la duda de quién o quiénes son los verdaderos culpables del asesinato de la niña nos acompañará durante toda la narración, hasta un sorprendente final en el que la escritora se tomó la licencia de cerrar un misterio que todavía sigue abierto.

Es una novela interesante, con una estructura bastante diferente a lo habitual, contada con cierto sentido crítico, pero sin embargo me resultó algo complicado engancharme con la trama, y me resultó en ocasiones demasiado lento y repetitivo. A pesar de ello, y debido a que no tomé su lectura en buen momento, se trata de un buen libro de una buena escritora a cuya obra volveré a visitar.

Agradezco a la editorial Punto de lectura (www.puntodelectura.com) el haberme facilitado el ejemplar del libro.

También podéis visitar esta reseña en Momentos de silencio compartido.