lunes, 28 de enero de 2013

Literatura erótica ayer y hoy...


En los últimos meses, y gracias en parte al auge de las redes sociales, vivimos una especie de explosión de la literatura erótica, que llega a colocar varios ejemplares en la lista de los más vendidos.

La responsable principal de dicho auge es la irrupción del “fenómeno Grey”, una trilogía escrita por E.L. James, que está cosechando un éxito sin precedentes en el género del que nos ocupamos, ya que es muy difícil que exista alguien que no haya oído hablar de ella.


A raíz del éxito de la trilogía sobre la relación entre Christian Grey y Anastasia Steele, se cuelan entre los superventas libros, sagas y trilogías que siguen la tendencia con mayor o menor acierto. Entre ellos nos encontramos a Sylvia Day que, con “No te escondo nada”, es capaz de codearse con los mismísimos Ken Follet, Arturo Pérez Reverte o María Dueñas. Quizás por miedo a que se rompa el "hechizo" que las hace triunfar, la publicación de las continuaciones de novelas con un buen índice de ventas es prácticamente inmediata, y Sylvia Day lo demuestra con su “Reflejada en ti”, segunda parte de la trilogía "Crossride" que culminará con una tercera obra de la que se desconoce el nombre, pero que será de publicación inminente...

Tras ellos nos encontramos o encontraremos con  títulos como “Diario de una sumisa”, de Sophie Morgan, “Cómeme”, de Linda Jaivin, o la trilogía “Desnuda (El affaire Blackstone)”, de Raine Miller, que con toda probabilidad alargarán el momento dulce   por el que atraviesa la publicación de este tipo de novelas.

A lo largo de la historia de la Literatura, el género erótico se ha considerado un género menor, y si bien es cierto que ha sido poco explorado y usado por los grandes autores, también lo es que ya desde los orígenes de la escritura existió cierta tendencia a describir los placeres carnales, que en no pocas ocasiones se encontró con la censura, ya fuese social o religiosa.

Ya hace miles de años tanto egipcios como más tarde griegos y romanos dejaron reflejadas sus conductas sexuales en escritos de los que todavía se conservan fragmentos. Escritores como Sotades, Luciano o el gran Ovidio dedicaron su talento en algún momento a relatar las habilidades de la época en el arte de amar…

A lo largo de los siglos, en mayor o menor grado, el erotismo siguió sobreviviendo a prohibiciones, censuras y condenas, hasta llegar al siglo XX, en el que adquirió un mayor protagonismo.

Entre las obras a destacar del siglo pasado, podemos empezar por “El amante de Lady Chatterley”, de D.H. Lawrence (1928), en la que la explícita descripción de la relación adúltera entre Constanza y Oliver Mellors, un empleado de la burguesa, causó gran polémica y llegó a ser prohibida hasta la década de los 60.

Años más tarde, en 1954, Anna Desclos usando el pseudónimo de Pauline Rèage, obtuvo un enorme éxito con la publicación de “Historia de O”, no exento de la habitual polémica e intentos de prohibición que conlleva el erotismo, y en la que nos describe el cómo una joven y enamorada parisina es adentrada en los conceptos del sadomasoquismo. En esta obra la autora consigue dar un nuevo enfoque a la sensualidad, colocando al lector entre cadenas, látigos y demás artilugios del ritual “BDSM”, sin olvidarse de mimar la trama.

Un autor que dedicó su carrera a luchar contra el puritanismo que, a su modo de ver, oprimía la sociedad de su país, EEUU, fue Henry Miller. En 1931, publicó “Trópico de Cáncer”, una novela que le costó ser procesado por un delito de Obscenidad, en la que relata, de forma autobiográfica, una desenfrenada forma de vida entre los burdeles parisinos. Miller siguió su lucha para liberar a la literatura de ciertos tabúes en la mayor parte de su obra, como en las célebres "Trópico de Capricornio" y "Sexus".

Cabe destacar cómo, años después de ser publicados, libros que habían sido denostados por obscenos, inmorales, escandalosos, y que incluso se había llegado a su prohibición, diesen paso a películas que llegaron a cosechar éxito notable. En ese caso se encuentra “Enmanuelle”, escrita por Enmanuelle Arsan y publicada en 1959, considerado, junto con la anteriormente mencionada “Historia de O”, uno de los hitos de la literatura erótica. La búsqueda del placer sin límites de la protagonista causó estragos en la moral de la época, y dio paso a una serie de películas que, en la década de los 70, consiguieron cierto éxito.

Años después vivió su mayor éxito la escritora francesa Marguerite Duras, que tras más de cuarenta años de  dilatada carrera literaria, publicó en 1984 “El amante”, el cual supuso un enorme éxito editorial. En dicho libro la escritora recuerda su juventud y describe de forma apasionada y apasionante la relación entre una adolescente y un rico comerciante chino de 26 años,  que provoca una madurez prematura en la protagonista.

En España Almudena Grandes provocó admiración en 1989 con su debut literario, “Las edades de Lulú”, en la que narraba de forma explícita la relación de Lulú con el mejor amigo de su hermano mayor desde la adolescencia hasta unos años después, en una relación tormentosa y destructiva… Bigas Luna llevó a la pantalla dicha novela un año después, logrando también notorio éxito.

Hablando de literatura con tintes eróticos escrita en España, sería un pecado olvidar a Antonio Gala y a Desideria Oliván, esa mujer de mediana edad que, tras un viaje a Estambul, abandona toda su vida para vivir al lado de Amman, y vivir así “La pasión turca”.

En resumen, la actual e inesperada relevancia de la novela erótica genera defensores y detractores, provoca también enconadas discusiones sobre calidad literaria o la falta de la misma, e incluso llega a escandalizar a determinadas personas, y a ser prohibida en muchos países.

Por ello, no está mal recordar que, a lo largo de la historia, dichas reacciones fueron siempre de la mano del erotismo. Como hemos dicho unas líneas atrás, la literatura erótica se suele considerar un hermano pequeño de la Literatura , aunque también existen historias que, contadas por manos expertas y empleando en su elaboración cierto mimo literario, perduran y perdurarán más allá de censuras y de modas.